¿Eres de los buenos?

Quiero creer que cada persona que se cruza en nuestro camino (el gran camino al que llamamos vida) tiene un propósito. 

Algunos, a los que yo denomino “buenos” son aquellos que te hacen feliz y que con suerte, aunque no siempre, permanecen a tu lado durante un largo periodo o para siempre. Este grupo también puede ser efímero pero intenso y proporcionarte alegría y grandes conocimientos del mundo durante un corto periodo de tiempo. 

Por otro lado, los “malos” son aquellos con los que quizás más aprendemos. Son personas que aparecen en tu vida, la ponen patas arriba, te hacen daño y desparecen. Nosotros tenemos el poder de decidir qué hacer con ese daño. Yo soy partidaria de procesarlo y aprender de él. Así, podemos dar un paso hacia delante, un paso que nos convertirá en aquellas personas que queremos o que aspiramos ser. 

Pero, ¿qué queremos ser?

Cada persona tiene una aspiración diferente. Yo quiero ser feliz y que la vida me apasione día tras día. Quiero despertarme cada mañana con ilusión, sabiendo que lo que estoy haciendo y dónde estoy es justo lo que quiero. 

Aún no he llegado a ese punto y no sé cuándo llegaré, pero de momento estoy construyendo poco a poco el camino que sé que me llevará a ese destino. Hay días en los que no soy capaz de añadir una losa al camino, pero lo importante es ser consciente de que no todos los días podemos y no abandonarlo.

Y sin duda, también aspiro a ser buena persona y a dar de mí todo cuanto pueda por la gente. No sé si lo soy, pero lo intento y dentro de mí no hay ni una pizca de maldad ni odio hacia nadie. 

Me gusta creer que todos somos así al nacer y que algunos, simplemente, tienen mala suerte. 

No sé tú, pero yo aún no

Aún no sé cómo sobrellevar esta situación. 

Me considero afortunada porque encontré ese tipo de amistades que te marcan para siempre. Agradecida porque durante cuatro años supe lo que era tener una amiga del alma. Honestamente pensaba que esa amistad iba a durar para siempre, que de abuelitas seguiríamos siendo igual de amigas y seguiríamos haciendo nuestras tonterías, que darías el mejor discurso del mundo en mi boda (si me casaba)… y tenía la sensación de que en el mundo nunca estaría sola ya que siempre estarías tú ahí. 

Y creo que precisamente por eso duele tanto. Creo que se me ha quedado un vacío dentro que intento suplir con otras personas, pero no es lo mismo. No congenio con nadie como contigo, nadie me entiende tan bien, ni sabe leerme tan bien como tú.

No tengo claro si algún día dejará de doler cada vez que pienso en ti, en los momentos que vivimos y en todos aquellos que nos quedaban aún por vivir. En todos aquellos países a los que teníamos planeado ir juntas y a los que ya no.

Supongo que la vida sin mí te está yendo bien, ya que fue tuya la decisión de marcharte de mi lado y no has querido volver. Supongo que me echas de menos, pero supongo que eso no es suficiente. Y por eso creo que yo misma me hago daño, porque me obligo a pensar que todo va bien sin ti. Me duele mucho pensar que yo sí que te necesito, pero que tú no me necesitas a mí. 

Espero que algún día no me duelas, y espero pensar en ti con alegría y no con tristeza. Tristeza por haber perdido a alguien tan importante en mi vida. 

Te echo de menos. 

Espero que seas feliz.

Gracia.

Los amigos de la universidad

Todo el mundo dice que los amigos de la universidad te marcan para toda la vida. Ahora, tras haber completado esta etapa, puedo confirmar esa frase. Es cierto que dichos amigos dejan huella. Dejan huella, quizás, porque los conoces en un momento importante, un momento de transición donde te lanzas de lleno a la vida adulta. Son personas con las que compartes gustos, aunque sea por haber elegido la misma carrera.

Sin embargo, aunque estos amigos te marcan, tengo la sensación de que no van a ser para toda la vida. Solo han pasado unos meses desde que acabamos la carrera y estamos más distanciados que nunca. No me extraña, al contrario, me parece normal. Cada uno ha emprendido un vuelo con un camino que lleva a destinos diferentes. Ya no tenemos esa carrera, ese lugar que nos unía. Y no me enfada esta situación, la entiendo y me entristece. Ahora ya sí somos adultos en busca de un lugar en el mundo (no solo el laboral).

En dos meses mi trayectoria tomará un rumbo diferente al de todos ellos: Estados Unidos. Si ya resulta difícil encontrar un punto de unión ahora que algunos seguimos en la misma ciudad, cuando esté lejos será imposible. Mi miedo es, quizás, que la distancia no solo sea física con ellos y que al volver nuestra relación haya tocado el más profundo de los fondos.

Sea como sea, siempre estaré agradecida a las personas que he conocido estos últimos cuatro años porque gracias a ellas he conseguido madurar y avanzar en el camino. Si no conseguimos mantenernos, siempre nos quedarán los recuerdos de una amistad que, aunque comenzó tarde y duró poco, fue muy intensa.

De todo a nada

¿Por qué? El mundo es muy grande, estamos rodeados de personas. Personas que pasan por nuestra vida, la cambian de alguna forma y se van como si nunca hubieran formado parte de ella.
Te das cuenta de quienes son de verdad tus amigos.
Tú te fuiste sin más, como si no lo estuvieras haciendo. ¿Por qué cambiaste mi vida y luego te fuiste?¿Por qué pasamos de ser mejores amigas, de contárnoslo todo a ser casi desconocidas?
No sé si algún día lo sabré, creo que simplemente me da miedo preguntar.
Porque quizás no hay respuesta. Quizás las cosas pasan porque tienen que pasar.

Con G de Gracia

No soy mucho de leer blog de otras personas, es más, nunca creí que haría uno. Siempre he visto esto para gente que no sabe expresarse bien y que cuando se ponen a escribir por aquí se lucen. Yo no soy así. Yo digo lo pienso y sin miedo. Esto puede ser un problema o todo lo contrario. Si no me caes bien te lo digo, para que fingir.
Mi hobby preferido es reírme, podría pasarme una tarde entera haciendo eso, además dicen que si te ries no te salen arrugas, cosa que es más falsa que una persona que yo me sé. Bueno, que soy como soy y ni tu ni nadie me va a cambiar. Si no te gusta lo que ves, adiós, el día que me importe tu opinión te aviso.
Besitos, Gracia.